martes, 20 de septiembre de 2011

FALLAS (Valencia, 1996)

Amanecía frío. Aún sin hogueras.
El fuego o la pasión bajo las pieles nuevas.
La juventud ha vuelto a la memoria.
Su soledad me hiere.

Ella abre sus sonrisas, esa flor de cuchillos.
Su soledad no abarca mis reflejos.
El fuego, enredado en el abrazo de sus llamas,
la quema de las almas, ha comenzado apenas.

Herido huía y encontré sus cielos.
Ella, víctima de mi huída, cierra sus ojos sin luna.
Sus ojos están vivos o dormidos,
son paraíso de alas para volarnos lejos de la hoguera,
hacia la llama interna que duele tras los labios.

Furioso a mis pies por ser ajeno
el mar abierto nunca estuvo más lejos.
Nunca estuve tan cerca de mi ausencia.