jueves, 27 de enero de 2022

Corazón dormido

 

Es la mirada ausente
la que irradia destellos milagrosos.
Los ojos buscan luz
en un vacío que nunca ha existido
porque en realidad se hallaba
colmado de sombras.
De un espejo a otro
entre sábanas dulces y encaje de caricias
cabalgan por el valle de las almas perdidas
las cebras redentoras del olvido.
En su escondite expuesto,
un corazón de león dormido
renuncia al acecho
para que su dolor, agujas de luz pura,
se hunda en el remolino de la noche.
Apenas en el silencio cristalino
y nocturno del valle de las almas perdidas
se escucha ese rumor quebrado
del arroyo en sequía
y los latidos sordos
del corazón durmiente
entre los cocodrilos del deseo.
Una mano yerta en la orilla
acariciando amable las serpientes del alba,
la otra, puño cerrado,
estrangulando el aire y sus rencores.
Abre la mano, ¡ábrela, león triste!
Deja escapar
el canto de los pájaros.

Amanece otra vez...
Musa, tu amor o su ceniza
es suave y generoso
como un cálido pétalo de flor de almendro
en la mejilla del niño-invierno.
Perdona que me aleje
hacia mi laberinto.
Me llevo de equipaje
tus besos de astrolabio.
No necesito brújula
ni reloj. Sólo tiempo.
Tiempo solo.
¡El mar está tan lejos
de mis heladas cumbres!

martes, 18 de enero de 2022

Fiebre

 


Cierra la aurora.
Doblan las campanas
a través del silencio
de las noches largas
como si el diablo tañera
escalofríos.
Ahora no es tiempo
de abrir ventanas
en los ojos vidriosos
para que entren al salón del alma
la mariposas tristes.
No es tiempo de rencor
arrinconado
en la esquina última del corazón
donde no entra la luz,
donde anidan los pozos del misterio.
No es tiempo de esperar las golondrinas,
si acaso de añorar
su vuelo limpio
por los inmaculados
cielos del invierno.
Es tiempo de arroparse
en mantas de soledad
redentora. Añorar, sonreír
por las quimeras, sueños
que entre el delirio fluyen
lenta y nítidamente.
Respira lento, amor.
Reina una luna fría,
poderosa.
El invierno respeta
la pluma de los cisnes.

lunes, 17 de enero de 2022

Agonía

 


Para renacer primero hay que morir.
Inútil el deseo febril de renacer
en la larga agonía. ¿Florece el rosal
en pleno invierno? ¿Canta la oropéndola
en la fría nieve? La noche
es más oscura antes del alba.
Y más fría. Cerrar los ojos
para ver el cielo. "¡No volverá!"
–pensamos, con el lagrimal
cuajado de esperanzas.
Solo deseo
que cuando amanezca,
envuelto el astro rey en esa magia,
belleza en equilibrio, sensual ofrenda,
ya esté muerto de raíz, mi tronco
convertido en galeones que ya se hundieron,
muy lejos del mar
mis ramas semienterradas
entre el musgo y las canas de líquen del paisaje,
pecios de mi cuerpo que abonen quizás 
la semilla divina
que del fruto de tu amor
surgió como un anhelo
de primavera.

jueves, 13 de enero de 2022

Sale el sol

 

Pasos sin rumbo.
Ecos.
Como un ritmo primitivo
los corazones vivos,
pecios semihundidos en lo más profundo de la distancia,
arrojan sus latidos
a las fauces vacías del tiempo.
Nos han crecido
cipreses en las sienes
amándonos con la mirada
a través de los muros del miedo.
Ese reloj del pecho
que respira inconsciente
para bombear sangre de ángel
a las arterias de tus alas...
¡Qué no calle en la noche
ahora que los silencios
son sólo ajados lienzos
donde pintar ciudades!
Sale el sol y yo amo
según la Tierra avanza
hacia el Levante
dibujando horizontes.
Sale el sol y yo amo
con nubes en los ojos
a quien cierra las puertas
de mi alma
o cuida mis jardines:
a la niña, a la Diosa,
a la musa, a la estrella,
a la luna, a la amante.
Pasos sin rumbo.
Perlas en el cielo.
Lágrimas.
Solamente
lágrimas.

miércoles, 12 de enero de 2022

Sombra

 

Rogó anoche el poeta a las estrellas
con gacelas de luz en la mirada
que no se ahogue su imagen en la nada
hasta que el llanto las apague a ellas.

Silenció con un gesto las querellas
que mantienen las llagas con la espada,
la piel del corazón que desgarrada
grita o late en estrofas aún tan bellas.

Si no fuera el dolor la recompensa
que le otorga la luna al ciego amante
no sería la noche tan inmensa.

Poeta, no hay un cielo tan brillante
ni un lucero de rabia tan intensa
para empujar tu sombra hacia adelante.

martes, 11 de enero de 2022

Tiamat

 

Dale a la sombra un nombre
misterioso.
Se hará agua.
Fluirá entre las estrellas.
Al vacío del cosmos
le llamaré "tu ausencia".
Recorrerá los cielos
de las noches abiertas
una serpiente lenta,
un dragón milenario
sin arcángel que venza
sus húmedos embates
de nostalgia.
Vuelta tras vuelta
en la cúpula celeste
desde el dolmen de mi cuerpo
mi piel se torna piedra,
mis resignadas canas
una a una
desafían al viento de la tarde
en vano. Y el océano
a los pies de mi vértigo
cada vez más oscuro
me llama
con el silencio que reina
entre ola y ola,
con la canción lejana y triste
de las sirenas.
Dale al éter latidos de memoria.
Se hará agua.

lunes, 10 de enero de 2022

Marduk

 

Grabada en la piel
cada luna.
Ahogado en los ojos
cada invierno.
El firmamento fluye:
el Cielo vence al Tiempo
y los cipreses
afilan sus espadas.
Movimiento perpetuo.
El Fuego llama al Viento
que traerá primavera
a mi lecho de piedra
solitaria.
Noche tras noche tras noche
tengo más sed que agua.

domingo, 9 de enero de 2022

Nubes

 

Se escribe sin palabras
el tiempo no vivido
como lentas volutas
de humo en la oscuridad
cuando la llama viva
se ha apagado
y los rescoldos fríos
anuncian la ceniza.

Miro al cielo y me limpio
las pupilas cansadas
en las aguas celestes.
Va pasando la vida
como pasan las nubes.
Ayer tormenta. Hoy niebla.
Mañana cielo azul
si mis párpados latentes
se abren para mirarlo,
si soy capaz de alzar
esta mirada ahogada
a través de las losas
de mármol silencioso
que sepultan los últimos
inviernos de mi vida.

Mis lágrimas dibujan
estelas en el sol
esperando un eclipse
de luna en pleno día.

Pasan las nubes grises
a través de esta esfera
de cristal deslumbrante.
Espero que la nieve
borre lo más oscuro
de mis noches perpetuas.

sábado, 8 de enero de 2022

Lamento

 

Viento de olvido,
ancla en la garganta,
un silencio de búho
en los valles del alma.
Cuerda de violín tensa
en plicas de añoranza
como un nervio en los puentes
tendidos sobre el agua
de un tiempo que no vibra:
El tiempo de las máscaras.
Dimensiones ocultas
en noches sin palabras,
en un profundo aljibe
sin ayer ni mañana
donde van a morir
los cauces de las lágrimas.
Si pudiera llorar,
alba casi estrellada
con sauces en los ojos,
el bosque en la mirada...
Si mis suspiros-pájaro
en un vuelo de escarcha
pudieran destemplar
el filo de esta espada
que en mis horas sin luna
me desgaja las ramas...
Si tuviera la fuerza
para sangrar la savia,
que fluye en mis arterias
de amor envenenadas...
Si el corazón supiera
desenredar su magia
de abrazos de quimera
y de sedas de araña...
Echaría raíces
en tu paisaje en calma,
en el umbral del templo
donde la luz descansa
y en los días de otoño,
siempre de madrugada,
entrarían mis hojas
bebidas por las ráfagas
de un aire limpio y puro
a tu estancia sagrada.

Pero no puedo, Ártemis.
Traigo la lengua atada.
Traigo las manos sucias
a tus puertas cerradas.
Navegando tormentas,
marinero sin barca,
necesito tu faro.
Lo sé... ¡Cuando se apaga!