Cuando el cielo y la nube
se devoran uno a otro
con colmillos de seda
y la noche me amenaza
con escapar de tus ojos...
Cuando la flor se cierra,
cuando las cumbres gritan su silencio,
cuando a bocas no ajenas
llega
como un torrente lento
saliva de los ángeles...
Cuando el párpado,
la última membrana,
se nubla o desvanece para siempre,
entonces nos sentimos únicos,
intensos,
colmados,
menos fugaces,
el uno al otro mismo,
cielo y nube.
1 comentario:
Uy, m'elevaooooo.
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