jueves, 1 de julio de 2010

EL MAR EN SILENCIO

Desde los Campos de Asfódelos
os oigo gemir, rostros cerrados.
Oigo vuestros murmullos de salamandra,
vuestro viscoso tacto, caricias de cieno.

Desde los ataúdes me sonreís
con el musgo en los labios.
Vuestras vísceras frías se clavan en mis párpados.
Colmáis mi amanecer de vuestro hálito gris.

Desde el muro vacío
se perfila la muerte
como ausencia de enredadera.
La despedida azul se agota
como ola de lágrima en una playa distante.
Una mano tendida desde el abismo
abierta,
llamando.

Espina o flor oculta,
interior de la sombra.

Desde el mar en silencio
una paloma emerge
solitaria
con las alas clavadas en la noche.

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