miércoles, 29 de junio de 2011

MULTITUDES

El descanso aún no existe.
¿Quién cuida de las flores que marchitan?

    La muchedumbre purpúrea
cree libres los ojos que se hunden. Las miradas
se arrastran sobre un suelo de colmillos. Los gestos
son sangre de palabras no pronunciadas.
Gris. El día bebe humo de las almas,
cálices entregados al cristal de sus urnas.

     Desde la torre del reloj dormido
fluyen nuevos minutos hacia las multitudes.
Otra paloma gris rechaza un vuelo abierto.
Si el silencio es posible
dejadme dar un paso hacia el vacío.

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