Hay un hombre en la fosa
cavando su destino anaerobio.
Su boca está llena de ojos de pescado.
Hay un hombre delgado como un filo
jugando con las raíces de los cipreses.
Su boca está repleta de pestañas.
Hay un hombre de vidrio clavado en el ocaso
a punto de romperse entre mis tímpanos.
Su boca está colmada de llagas y silencios.
Hay un hombre o un pájaro
bajo las lonas ásperas del cielo.
Su boca está aguardando la palabra.
lunes, 21 de febrero de 2011
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