lunes, 6 de diciembre de 2021

Ráfagas (soneto)

 


De un golpe el abanico se ha cerrado.
De un golpe de viento. De un solo adiós
se durmió todo el tiempo. Solo en dos
ráfagas de un otoño despiadado.

Fluye en cauces de musgo un grito ahogado
por lápidas que acallan una voz
de coros de rocío. He visto a Dios
en la piel de silencio que he besado.

Desnudo en roca viva siento el frío,
siento en mi espalda el ala de la aurora,
siento tu pecho cálido en el mío,

siento la urgencia de tomarte ahora,
desembocar mi río con tu río,
mi lucero en tu luna cegadora.

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