lunes, 4 de abril de 2022

Hogar

 

Sol. Astro. Luz. Hogar,
brazos abiertos,
ventanas como labios
para airear
el alma de la tarde
crepuscular. Callada.

Sólo con sonreír
evocando la aurora
harías que un cueva
pareciese un palacio.
Esa mirada tuya
amansa mis mastines
hambrientos y cansados
de vagar por las nubes.

¿Hay en el corazón
al final del pasillo
aún un rincón oscuro
donde la Luz se muere?
Pintaría de blanco
las ruinas de Venecia
solo por ver de nuevo
el ángel de la dicha
asomado a tus gestos.


No hay viento que no cese
pero sí hay templos vivos
o lugares de nácar
donde reina la calma,
donde vivir un beso
es abrazar un pájaro

sin temor a que vuele.

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