lunes, 3 de diciembre de 2007

UN JACINTO (París, 1999)

¡Cómo el tiempo
en sus senderos, remolinos, cárcavas,
nos mece amable en la piel de su olvido
o nos empuja al abismo de nuestros límites!

Ayer amanecía en otra selva extinta.
Hoy en este desierto me consumo.

¿En qué brazos lejanos dejé el alma enredada
que he despertado ahíto de perfumes?

Un jacinto sin sombra, mi pensamiento errante.
He viajado surcando corazones.
Salpicando de mar, amor, amando.
Desplegando mi ser a toda vela.
A mis pies la hojarasca se disuelve.
Soy flor de este minuto. Primavera-destello
que sólo yo contemplo.
Tengo mi raíz anclada
en el fondo sereno de tus ojos.

Mañana borraré la lejanía
con el solo recuerdo que he guardado.

¡Cómo el tiempo me habita
y me abandona!

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