lunes, 19 de mayo de 2008

SONETO

Bajo el inmenso cielo voy buscando
formas desordenadas y vacías
que presten luz a mis pupilas frías
o que hagan despertar tu pecho blando.

Por la tierra infinita caminando
sin rumbo, puro azar, noches y días.
Aunque una vez soñé que tu vendrías
ahora me encuentro solo, meditando.

Y pienso que el lucero que allá brilla
en el cielo sangrante de Poniente
amanece despacio en la otra orilla

del vasto mar de dudas de mi mente.
Y cielo, tierra y mar, la estrella espera
como yo. Allá escondida eternamente.

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