lunes, 4 de octubre de 2010

RETAHILA DE LA ORQUÍDEA. Madrid, 1997.

Pendiente de mi cielo una orquídea blanca se estremece herida de acero reflejo de raíles que suben desde el túnel del alma cuando la luz ha enloquecido en los ojos del niño que no juega porque el mármol devora sus recuerdos de pluma y no escucha los pájaros desnudos nadando en la memoria de los ángeles sin fondo o pájaros verdes azules dorados siempre mudos de espanto que se ahogaban en sueños de aflorar hacia el blanco blanco cielo a beberse mi orquídea entre trinos de dulces libertades.

1 comentario:

El blog de Libertad dijo...

Muy distinta a las demás. Por la fecha creo saber de que hablas. O ¿no?