lunes, 7 de febrero de 2011

POEMA

Entre dos cielos no cabe tanto mar.
Tus ojos son dos niños en  la arena.
Tus dedos son diez vuelos de gaviota.
Tu piel es un capricho de la luna.
Entre dos mares libres no cabe tanto cielo
            como para trazarme nuevos límites.

    Plenilunio de mis sentidos al borde de la noche.
Mis velas, membranas de nostalgia,
surcan el lomo azul de los delfines,
surcan tu océano abierto sin lenguas de hielo,
                                                    sin ansia de sentirse profundo,
                                                    sin mariposas ahogadas en los párpados.

    ¡Qué tragedia de sangre
bucear bajo las estrellas
con las copas de los cipreses
clavadas en el pecho!

    ¡Cuántos deseos ciegos
se enredaron en tus raíces!
¿Cómo puedes ser libre y tan azul
con estas raíces tan dentro de mi frente?

    Cuando vuelas hacia mí
ya no sé si eres niña o golondrina.

    Cuando rozas el horizonte de ese mar tan lejano...
¿Eres  nave o nube?
¿Vela
              o vuelo robado a mis alas?
¡Alas de las blancas palomas
que escapan de mis manos como último secreto!

    ¿Por qué si el cielo estrellado
es infinito
sólo puedo palpar un hemisferio?

    Tu piel es un capricho de la luna...
La luna floreciendo, otro delirio esférico,
otra llaga de arena de altitud deslumbrante,
otro misterio...

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