miércoles, 4 de marzo de 2020

Cuarentena


Estaré bien.

Cuando no me queden lágrimas
estaré bien.

Cuando se me acabe el miedo
estaré bien.

Cuando todo el amor sea arrastrado
por tormentas de tiempo y soledad nocturna
estaré bien.

Cuando un asteroide impacte
en el centro de mi corazón
y se extinga la magia del planeta,
convertido en una estatua de sal y ceniza
estaré bien.

Desde el infierno de tu adiós
como un pájaro sin alas
con alacranes en el sexo
y la esperanza despedazada,
con la palabra al filo de una lágrima
o el vacío clavado en los ojos,
perdóname si duele,
pero no, no estoy bien.

Cuando entiendas
que te cambio el minuto
miserable de un beso,
un simple gesto acariciado
en lo inmenso del crepúsculo,
por algo que es eterno
e infinito,
cuando veas que hay vida
fuera de las fronteras
que guardan con recelo 
tu secreta belleza,
estaré bien.

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