viernes, 23 de abril de 2021

Ciclogénesis

 

Estrellas en los labios,
la desnudez de un cielo
coronado de luna,
beso que rompe en piel
de acantilados.


Volver a amar
con alas de silencio,
surcar en un barco de papel
los páramos de la vida
a merced de tormentas
casi inesperadas.
Desatar en las lenguas
gemidos cómo pájaros
en mi jardín nocturno,
fuente y raíz
de todo lo que fluye 

o permanece.

Nuestro es el alba
si todo lo que late
se encuentra en nuestro abrazo,
si nos sorprende el sol en plena noche,
aurora de las pieles,
si la luna en tus manos
se viste de jazmín en pleno día.
No hay vuelta atrás.
No hay rastro de la herida.


La memoria desemboca
en sus propios manantiales
como un río en reverso
que ha perdido la sal,
sabor a lágrima,
para saciar la sed de Madre Tierra
con agua dulce, fresca,
cristalina.


Me anega ese rumor de los torrentes
que me llega de ti desde los bosques
y fluye por mis sienes despertando
la esencia de la vida o el deseo.
El alma intacta se vierte
en un cáliz de la luz crepuscular,
el firmamento abierto, y yo
bebo del néctar delicioso
que surge por hechizo de Isis
entre los pétalos de tu vientre.

Vuelvo a sentir tan alta la marea o la música
que se anegan mis templos,
corales
en tu océano.

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