sábado, 17 de abril de 2021

Hacia el silencio nombre a nombre

 

¿Qué estrella se revela en pleno día?
¿Qué mariposa anida en mis jardines?
¿Qué océanos laten en mi pecho?
Siente, respira, calla, siente...
Respira, siente, respira...
Calla.

Calla.

Calla...
Las guitarras traen al mar
rumor de sueño.
El templo esconde acaso
en su sancta sanctorum
el reverso del mito:
Perséfone en el acantilado
y Andrómeda en el infierno.
Circe embarcada, las sirenas mudas.
El sabio Salomón
desnudo al alba en sus jardines,
sin oro y sin rubíes,
borracho de luna.
Europa sentada en el lomo un tigre
escoltada por ángeles bacantes.
Barrabás en la cruz.
Buda en el banquete de Platón
enamorado de Fedro.
Judas en el regazo de una virgen
que los titanes llaman Atenea
y los jinetes del apocalipsis
desde el Valhalla
llaman niña Minerva,
los gnósticos Sofía en las estrellas,
los chamanes Lucía en el cielo con diamantes,
los amantes en éxtasis Afrodita,
los jardineros Iris,
los iniciados Isis,
los soñadores Astarté,
los astrólogos Venus,
los navegantes estrella polar,
los niños Madre,
los músicos Armonía,
los romeros peregrinos María,
los viajeros del tiempo
que recorren descalzos
letra a letra, párrafo a párrafo,
la ruta de la seda y las especias
hacia el Mediterráneo
en pergaminos y papiros mágicos
cegados por el faro milenario
que ilumina de azul celeste el orbe,
Alejandra.

En mis noches de estrellas temblorosas
prende en el corazón la rosa blanca
disfrazada de luna y de misterio,
ajena a las mareas de la sangre.
Soy capitán de naves celestiales
que navegan la piel con astrolabio.
Sueña. Despierta. Sueña.
Anillo de plata... ¿Dónde está
tu gema engarzada?
Abre los ojos.
Abre los labios.
Calla.

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