jueves, 13 de octubre de 2022

Tránsito (elegía por César Nombela)

 

Despierta el mar antes de la tormenta
ajeno a los millones de anclas como espinas
que olvidados ulceran sus fondos coralinos.
Despierta el mar como si no dolieran
en su memoria ártica los glaciares perdidos
y rompe cada ola como una enorme lágrima
en la arena desnuda de nuestras soledades.
Despierta el mar en mí cuando me abrazas
para arrastrarme luego en sus mareas
hacia el profundo abismo de tu ausencia.
Duerme la tierra cansada, delirio cristalino
en brazos de la muerte que impaciente
devora con sus alas la nobleza
que atesora tu pecho enorme, silencioso.
Duerme. Si Dios supiera
o quisiera saber
que existe el hombre en esplendor tan amplio
no cerraría ya jamás tus párpados,
abriría tu torso de alabastro
para borrar la muerte de tus ojos
y esparciría tu mirada viva
por todos los rincones del océano.

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