lunes, 24 de octubre de 2022

Samurai

 

Desarmadas las últimas corazas
la piel de los violines queda expuesta
al abrazo implacable del rosal.
Una vida de sangre no es bastante
para colmar las fuentes del otoño.
En la casa del té todo es nostalgia.
No es por honor el filo de la espada.
Es simplemente por cortar el aire
que lleva tus palabras en sus garzas
sin tocar el silencio. Siempre al alba
entre la niebla hay una alondra blanca:
la campana en el templo.

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