martes, 16 de junio de 2020

Romanza del último latido


Por los caminos del aire
vuelan tu vida y la mía
como dos vencejos ciegos
jugando a ser golondrinas.

Tú te avergüenzas de amarme,
yo te ofrezco un alma herida...
Tú eres el sol de mis noches,
yo la luna de tus días.

Te dejé en la puerta un beso
escondido en una orquídea.
No será el último, no...
O quizás sí, en esta vida.

Por las estelas del agua
los pelícanos se olvidan
de devolver a mis ojos
las miradas que respiras.

Tú navegas en las lágrimas
que lloramos a escondidas.
Yo me embarco en la nostalgia
de los ecos de tu risa.

Te dejé en la puerta el último
latido que me quedaba.
Se apagó mientras decías:
"No me avergüenzo de nada".

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