sábado, 14 de noviembre de 2020

A veces, siempre

 

A veces la vida
pende del vacío
o flota en él
sin ancla.

A veces el cielo
pierde sus azules
y es gris,
gris ceniza
por mucho que abramos los ojos
y alcemos la mirada
suplicando
colores.

A veces el alma
se tiñe de rojo
como si sangrara,
como si vistiese
su propio otoño
y duelen los párpados despiertos
heridos de sueños
irrealizables
pero irrenunciables.

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