miércoles, 4 de noviembre de 2020

Corazón de Estrella

 

A LA ESTRELLA

Estrella de mar
lejos del fondo.
¿Qué manos de sirena
te arrancaron?
¿Qué columnas de aire
rompen el azul puro
en ascenso frenético,
perturban el silencio
de la callada Atlántida?

Estrella de mar,
tu cuerpo
sale a flote
con los cinco sentidos desplegados
pero tu corazón
sigue en el fondo,
acaso ahogado
o quizás enredado
en corales hipnóticos
que ningún cambio climático
podría blanquear
desesperadamente.

Tu corazón de estrella
en el fondo marino,
tu cuerpo en la hojarasca
del bosque que te ama
a merced de los lobos.
Tu corazón aún vivo, siempre vivo,
palpita en convulsiones,
no en latidos.

AL MARINERO

Amarla es esperar
en su playa desnuda
o cubierta por el velo de la noche,
ojos de gata y luz de luna,
a que aflore una estrella
que se dejó el alma
abrazada o anclada
en lo más profundo su azul,
arropada por los reflejos
de mil bancos de peces.

Amarla es vencer
la gravedad,
el peso submarino
de un amante perfecto
que cuida sus estrellas.

Al fin y al cabo,
marinero en tierra,
tu templo es el océano.
Tú bailaste en la lluvia con mi diosa
cuando el bosque sagrado era silencio.
Mi templo son sus brazos.
Si la amo
no importa la tormenta.
Tendré que bucear
hasta tu pecho
y arrancarte la estrella
de entre tus ojos tristes.

Pero no, me resigno.
Respeto tu mirada de delfín.
Esperarán mis canas en la orilla
a que afloren una y mil estrellas...
Al fin y al cabo
yo encontré un anillo de plata
cerca de la orilla. 


Tú, marinero, 

encontraste una perla

en lo más profundo. 





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