sábado, 12 de octubre de 2019

Tu Alaska


Eres como la luna
jugando con la bruma
sobre las copas de los árboles
mientras paseo solo
por nuestro parque.
Bella, silenciosa, misteriosa...
Inalcanzable.

Escribes mi nombre en la playa
con canciones mudas de sirena.
Luego traes las mareas
y las brisas sedientas
para que borren cada trazo.

Me voy ahogando lento
en el silencio que sigue a cada ola
tan lejos de ese mar
que llevas dentro.

Eres cruel huyendo de puntillas
del laberinto de rosas y de espinas
que ha trazado mi vuelo en tu memoria. 

¡Si al partir me besaras, sonrieras,
me dijeras que espere en esta orilla
tu regreso, lluvia de otoño,
en lugar de borrar todo el paisaje
con la niebla del drama solitario
robándome la vida que respiras... !

Cada día que pasa se descuenta
de lo que le debemos a la muerte.
Cada uno elige el marco del espejo
en el que reflejar sus soledades.
Cada vez que te vas sin horizonte
no encuentro mi reflejo
en el profundo vacío
de mi tiempo.

Ayer dormías mientras yo soñaba.
Esta noche la luna me devoró los sueños.

¿Libertad?
No sin tus horizontes
siempre abiertos.

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