lunes, 1 de febrero de 2021

Rotas las palabras

 Rotas las palabras

quedan sus cicatrices

escritas en el silencio.


Zarpaste con tus lágrimas

fluyendo por el cauce helado

de la vía láctea

mientras mi soledad ardiente, 

acurrucada en los juncos de la eclíptica, 

acechaba desnuda

ante improbables conjunciones planetarias. 


Me dejaste a merced de los vientos 

como a un espantapájaros

con el alma de plomo. 

Me abandonaste en plena escaramuza

como a un soldadito de paja

en primera línea de fuego.

 

No escucho tus caricias afiladas

cortando el aire que respiro. 

No ocupas el altar del templo, 

ese que el alba solsticial venera

en el bosque sagrado de mi pecho. 

Tu ausencia llena el cosmos

en expansión contante. 


Déjame que repose 

mi cabeza en tu seno, 

que beba de tus manos

el agua cristalina. 


Roto el silencio

quedan las palabras 

como trampas tendidas en el aire.

Sombras.

Amanecer. 

Una almohada vacía. 

Enormes lágrimas de ballena. 

Todo el océano. 

Cada tarde, 

una despedida. 



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