viernes, 26 de marzo de 2021

Caída libre

 

Ahora me alejo.
He zarpado al atardecer
rumbo a la noche abierta.
He soltado mi amarra
de la isla de los cuervos
hambrientos de pedazos de mi alma.
He dejado el amor que me quedaba
derramado en sus playas
como una marea de medusas.
He arrojado mi deseo,
lastre sin alas, 
a la boca de sus volcanes.

Ahora me alejo,
pierdo lentamente
la línea febril del horizonte.
Navego en caída libre
un cielo en calma.
Al mar encrespado le llamo
por sus nombres antiguos
pero no me responde.
Las velas de mi nave
son pétalos de orquídea
besados por el viento.
Mis heridas no sangran.
Destilan memoria.

Amo tu isla, sirena
regada por auroras boreales,
enterrada en estrellas.
Te amo a ti
huyendo como una gata
de su propio silencio,
pasando por el crepúsculo
sin dejar rastro.
Pero ahora me alejo
porque no hay labios vivos
para mis párpados cansados,
porque tu luz divina
atraviesa mi cuerpo
sin apagar sus sombras.
Me alejo y mi equipaje
no es más que libertad
y no me pesa en él
nada más
que tu ausencia.

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