lunes, 22 de marzo de 2021

Caminos

 

Caminos en el aire.
Encrucijadas.

Al éxtasis por la calma
de los lagos dormidos,
por el tacto descalzo
de un pétalo de loto.

A la nostalgia triste
que brota de la ausencia
de las manos amantes
por el silencio roto,
tu voz como un cuchillo
cortando lagrimales
noche tras noche
con un adiós apenas perceptible.
"Hoy quiero morir sola,
dejar dormir tu amor
entre los sauces,
para que se lo lleve
un atardecer más
la corriente del tiempo". 
¿Cúantas veces aún
ha de viajar mi cuerpo peregrino
desde la primavera hasta el otoño
con las alas cortadas?
¿La luna se refleja
en mi imagen sombría
o son canas de musgo
lo que el espejo ciego me revela?

A la redención
por el camino medio
mas no por el olvido.
Puedo olvidar mi nombre,
puedo olvidar el nombre de la muerte,
puedo olvidar el cielo que respiro,
pero no olvidaré que amo la estela
de tu mirada cuando ya te alejas.
No, no lo olvidaré
ni cuando se apaguen las luciérnagas
que habitan las entrañas de mi pecho,
ni cuando las mariposas de mi vientre,
en una metamorfosis inversa
se tornen en crisálidas de nostalgia
y luego en larvas de memoria hambrienta
que me coman por dentro
hasta que solo queden
mis huesos limpios
gritándole al desierto
que te he amado.

Caminos en el mar.
Al horizonte,
a la línea que el sol cruza al morir,
por la senda invisible
que trazan tus pupilas
al encontrar las mías.
Ese mismo camino
que siguen las gaviotas...

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