viernes, 10 de septiembre de 2021

Cheval

 


He enmudecido.
Olvidé las palabras
en un pliegue del alma
donde no corre el tiempo
por los cauces de vértigo.
Se paró la clepsidra
al callarse las olas.
Se perdió en la cortina de las lluvias
la dirección del viento.
En mis noches sin horas
el tarot se desvela
en profundo delirio.
¿Es el mago o el loco
la sombra en el espejo?
¿Son los búhos ahogados
lo que acalla la noche,
o el abrazo de la hiedra
olvidado el jardín,
o la ausencia de luna
o el  vacío espectral de los desvanes?
Toda humedad me abraza.
Se fue el tiempo
que forjamos eterno.
Solo queda el deseo
de que aflore el pasado
o sus dulces tormentas
en la quietud de un mar
de puro sentimiento.

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