viernes, 24 de septiembre de 2021

Ósmosis

 

En un rincón del alma
anidan las semillas del olvido. 

Se clavan como espinas
en la profundidad
hundiendo sus oscuras raíces
en la amarga esencia
de lo que somos
o de lo que no somos.

Las lágrimas no apagan un volcán.
El deseo vivido, pasión escarnecida,
deja una huella indeleble en la piel,
tatuaje invisible que el próximo amante
solamente verá
cuando penetre bajo la epidermis
por ósmosis.

Si pudiera borrar esa huella de agujas,
esa belleza amarga
que tu amante entrega forjó en noches larguísimas,
si pudiera acallar ese eco eterno
del trueno de tu orgasmo entregado sin miedo, dulcemente,
en sus brazos de esclavo liberado,
si pudiera olvidar lo que no he visto,
lo que nunca fue mío y siempre tuyo...

Si supiera que el agua no ha de retornar
aún manchada del barro de mis labios
siempre a su antiguo cauce...

Si yo fuera más joven que la luna
o tendiera tus besos en las olas
hasta estremecer las góndolas nocturnas,
no sentiría celos de tu Ulises.
¿Soy extranjero en tus brazos? .

¿Itaca no es

al fin

mi paraíso? 


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