jueves, 30 de septiembre de 2021

Hiedra

 

Ahora es adiós
y es siempre para siempre
porque cada minuto
que queda
suspendido como lágrima
en el tiempo, cuando cae
finalmente,
nunca vuelve.

Ahora me voy
lo más lejos del dolor
que el corazón permita.
Me voy a lo terreno,
que lo sublime hiere
con filos de esperanza
esos núcleos del alma
que nunca cicatrizan.

Ahora zarpan las naves
que no estaban quemadas
antes de que las aguas
podridas por los pecios del deseo
las llamen a su fondo
con cantos de sirena.

Ahora quiero morir
porque la vida duele
cuando amar es un grito
que la quietud no escucha.
Así es el hielo puro
que corona volcanes.
Frágil. Frágil.
Muy frágil.

Ahora es adiós.
Me voy hacia el ocaso
y me llevo arrastrando
a mis pies derrotados
mi lastimosa sombra.

Y decidle al otoño
que estoy vivo.
Solo es que mi memoria
se ha cubierto de hiedra.

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