martes, 18 de enero de 2022

Fiebre

 


Cierra la aurora.
Doblan las campanas
a través del silencio
de las noches largas
como si el diablo tañera
escalofríos.
Ahora no es tiempo
de abrir ventanas
en los ojos vidriosos
para que entren al salón del alma
la mariposas tristes.
No es tiempo de rencor
arrinconado
en la esquina última del corazón
donde no entra la luz,
donde anidan los pozos del misterio.
No es tiempo de esperar las golondrinas,
si acaso de añorar
su vuelo limpio
por los inmaculados
cielos del invierno.
Es tiempo de arroparse
en mantas de soledad
redentora. Añorar, sonreír
por las quimeras, sueños
que entre el delirio fluyen
lenta y nítidamente.
Respira lento, amor.
Reina una luna fría,
poderosa.
El invierno respeta
la pluma de los cisnes.

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