viernes, 4 de febrero de 2022

"Amadrugada"


 

Desenreda la luz... Amor,
sombra y prisión. Las paredes
de mi celda tienen nombre
de terribles pasiones o de bellos dolores:
deseo, soledad, adicción, ansiedad.
Herida, flor sangrante. Corazón,
mina latente enterrada en el pecho
que la maniobra de una caricia
detonaría. Inevitable.
Como una lámpara imposible
cuelga del techo de mi frágil alma
una esperanza de cristal
de mil trescientas siete toneladas.
Encerrado cierro los ojos. Pienso
lamer tu cuerpo como un terrón de azúcar
hasta encontrar el anzuelo.
Creo beber de fuentes
en tus caderas firmes
que más allá del Cielo
desembocan en ríos
que corren por los cauces helados
de mi cuello y mis dedos.
Aún deseo tenerte cuando la noche es larga,
deseo que la aurora me traiga tu lengua desatada
fluyendo sin palabras,
deseo con un hilo de voz incandescente
gemir silencios vivos,
despertar las cenizas de las estrellas que pasaron en vela nuestros sueños,
pasear por el aire los suspiros
que le arrancan al olvido
nuestras alas al volar.
Creo gritar el nombre de las diosas
al vaciar mi cuerpo o su carcasa.
Creo en la vida como en un mar de espejos
robados a la cara visible de la luna
donde siempre amaneces cegadora...
Cuanta más oscuridad me ahoga,
más te añoro y te espero,
libertad sin huída,
amadrugada.

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