viernes, 5 de julio de 2019

La esencia del silencio


No entiende el mar la esencia del silencio,
envuelto siempre en ese terciopelo de rumor de olas. 

Si te acercas una caracola al oído
te dirá en la distancia mi deseo:
que el aire que respiro porque amo
salga del laberinto que lo encierra.

No entiende el corazón la esencia del silencio
absorto en sus latidos o mareas.

No entiendo que tu piel no se despierte
siempre junto a la mía, húmeda y trémula,
igual que el cielo abraza el horizonte
mientras la luz del alba se hace labio
para beber las perlas del rocío.

No entiendo estas calles oscuras y pesadas
plagadas de mendigos y de sombras
por las que la vida me pasea
sin el trotar huidizo de los ciervos,
sin tu mano en la mía como un círculo
creado por la propia madre tierra.

No entiendo amanecer si tu sonrisa
se oculta entre las nieblas de la ausencia,
si tus dedos no cierran la distancia
que separa mi sueño de tu orilla,
si no escucho los pájaros del alma
cantar entre las flores de tus dedos.

No sé desayunar sin tu sabor.
No sé buscar estrellas sin tu Norte.
No sé fumar minutos que se roban
al ruido ajeno, a la cruel rutina.
No sé vivir si no es en soledad...
En esa soledad que compartimos
pura belleza.

No entiende el cielo la esencia de los sueños
pero entre nube y nube, en el silencio... 
¡Dios! ! Cómo los refleja! 

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