lunes, 11 de noviembre de 2019

Nacida del agua


Destilas paz,
halo de la luna.
Treinta otoños de agua
te enseñaron
a acariciar el sol en su agonía.

Sangra la tarde.
Nace la reina
de todos los delfines.
Mi espíritu hoy despierta
en sus jardines.
En mis ojos abiertos
florece un templo.

Adoro su cintura
como rama de sauce,
su sonrisa divina,
sus enigmas felinos
que encierran los misterios
antiguos y los nuevos.
En mis ojos cerrados
no hay más que sueños.

Me siento como un árbol,
acaso un tejo
en su bosque sagrado...
El más pequeño.

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