jueves, 14 de noviembre de 2019

Paraíso


Paraíso,
ábreme la puerta
que ya cierro los ojos.

Desnúdame en tu lecho
de musgos y de lianas
mientras mi alma se ahoga
en gotas de rocío.

Te regalo un año de mi vida.
Es muy ligero.
Está lleno de soledad
y de una extraña belleza que levita.
Está lleno de éxtasis, 
sonrisas y murmullos, 
del canto de los pájaros
y el aroma a café de las mañanas. 

No borré los domingos. 

A veces me pregunto,
cometa de dragones,
si el sol y la luna se aman.
Se buscan el uno al otro en el cielo,
se persiguen...
Hasta que un día... ¡Oh, Dioses!
¡El eclipse!

Cada noche sin ti
es un pétalo muerto 
en la enorme rosa negra 
que florece en un círculo de nieve
pintado acaso con tus labios
en mi cálido pecho. 

Ábreme el paraíso, 
que me pierdo. 

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