domingo, 5 de abril de 2020

Crueldad


¿Por qué flor más bella, la más frágil,
la amapola dormida que odia el viento
destila ese veneno despiadado
que quema las entrañas de quien ama
y le roba las alas a la muerte?

Pétalo a pétalo destila la sangre,
extrae el licor púrpura del miedo
que ha de teñir cuarenta atardeceres. 

Porque amar a quien solo es un espejo
o una lágrima herida por la luz
es bucear en los mares del olvido,
cerrar los ojos a tu propia vida
como si los delfines no soñaran,
gritarle los deseos a la noche
en que el amante solo se despide
con el último gesto de un silencio
que abandona el amor a la deriva.

Soledad, mi verdadera amante,
la puta fiel que en su matriz señala
ese camino recto
que surca entre las horas
la pavorosa estela de la muerte.

Silencio y soledad.
¿Se puede ser más cruel
que una sirena ahogada
que muerde a las ballenas
desnudas que la aman?

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