sábado, 12 de enero de 2019

Jardines


Orquídeas a punto de ser labio
trenzadas en las lianas de mis brazos,
sueños de luz en el invernadero
donde la única sombra es el vacío
que proyecta tu ausencia entre los sauces.

Azucenas tan blancas que me duele
mirarlas tras el negro de tus ojos,
piel de pétalo en torno a los estambres
que fecundan crecientes en la luna
para que fluya ingrávido el rocío.

Amapolas de viento y de caricia,
gotas de fuego y sangre en mi paisaje,
desnudez de los campos sin invierno
que en tu seno florecen o se agostan
para cubrir de frutos mis sentidos.

Hiedra que asciende fresca hasta tu pecho
a beber de la fuente cristalina
que ofrece sosegada en sus reflejos
un firmamento azul como un diamante,
como una puerta abierta a la belleza.

Jardines de placer o de nostalgia,
primaveras o inviernos que no cesan,
ayer entre las flores y las aves...
Hoy, lágrima de hielo, recordando
ese sabor a miel del paraíso.

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