lunes, 14 de enero de 2019

Momentos (para escribir)

No quisiera en la noche
despertar a los músculos
que duermen sus olvidos,
perturbar esos sueños
que acunan los jardines
cuando la flor de loto
ha cerrado sus pétalos
y la luna refleja
en vano sus caricias.

Quise un día abrazarte
y escapaste celeste
donde la libertad
no está herida de estrellas.
Quise abrazarte tanto
que tu ausencia en las olas
dejó las posidonias
paradas un momento
en el fondo del alma.

Quise cruzar el bosque
y pintar en tu seno
con vidrio color lágrima
una senda infinita
que trajera tus besos
a mis viejas raíces.
Quise gritar oscuro
un silencio de luces
que presagiara el alba.

Quise encender sin fuego
tu piel taraceada,
laberinto de aves
de vuelo tan ligero
que rozarte es herir
el tacto de una pluma.
Quería que un amante
nunca quedase mudo
y leí tus palabras...

Ahora, en mis soledades,
mi hogar está en tus dunas,
oasis de delfines
son mis horas distantes
soñando con el mar.
Ahora, en este espejo
que refleja siluetas
de los ibis que cruzan
un ojo de huracán,
siento que este crepúsculo
que no hemos compartido
dolerá como un pétalo
en una tempestad.

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