viernes, 18 de enero de 2019

Nada


Cuando no hay cielo, musa,
ya no pueden las aves
abrir libres sus alas,
ni pueden las estrellas
pintar la vía láctea,
ni la luna esconderse
tras las nubes de nácar,
ni hay cometas fugaces,
ni puede tu mirada
buscar el horizonte
al despuntar el alba.

Cuando no hay mar, sirena,
el faro abandonado
alumbra la nostalgia,
los peces, los delfines
nadan solo en sus lágrimas,
quedan semienterrados
los besos en las playas,
afloran viejos pecios,
naufragios de las almas,
las mareas ausentes
son como cuchilladas
en la piel de un paisaje
vestido de añoranza.

Sin tu mano en mi mano,
sin tu anillo de plata,
sin tu piel, sin tus labios,
sin tu sonrisa mágica,
no hay cielo, no, no hay mar...
No hay nada. Nada. Nada.

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