viernes, 1 de mayo de 2020

Bajo el mar


No hay bajo el mar
rosas rojas, ni aliento
de pájaros dormidos,
ni ojos de gata, ni aire,
ni amapolas.

Bajo el mar hay silencio.
Soledades. Sargazos.
Los umbrales del tiempo
sumergidos, no ahogados.

Estuviste volando,
hilvanando las olas
con el arpón del sueño,
puro hilo de luz blanca
en mi noche imposible. 

Tierra, la tierra viva,
la humedad de la tierra
contra el humo ascendente,
la cal contra la peste.
La arena duele. Arena
al sol, después de amar
las dunas de tu piel. 

El demiurgo lo sabe:
te deseo y los bancos de peces
en el cielo infinito
son cosquillas.
Sonríe. Yo sonrío.
¿Son ríos
o son mares tus ojos
cuando lloran
por los días perdidos?
Sonríe. Ella duerme.
Encontraste una perla. 

Aquí estoy
encerrado
vacío
cada día
más cerca
de la muerte
y tú allá
renaciendo
siete vidas
en jardines
de luz
bajo el mar.

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