domingo, 10 de mayo de 2020

Sus tres lunas


Pintaste del color
de sus ojos felinos
la corona del sol,
el cuerpo de la diosa
blanca que dio a la nieve
su divina hermosura.

Igual que la luz abre
al aire el arco iris,
igual que los neveros
sangran su linfa pura
en millones de arroyos,
así vistió tu cuerpo
la gentil Primavera...
Con alas de libélula
y reflejos de luna.

Yo te observo en mi noche
con mis ojos de hiedra
entre musgos y arces
cuidando, sin mover
el párpado ni el labio,
que la quietud del agua
del estanque silencie
los gritos de las carpas.

Pero me duele el pecho
como si él chocaran
miles de golondrinas.
Me duele la distancia
que hay entre mi desierto
y tu jardín de orquídeas.
Me duele amar tu piel
a través del vacío
que cruzan los cometas.
Me duele acariciarte
tan lejos de mis manos... 
Tu cuerpo de amapola
suave como el pelaje
del pincel con que hiciste
el trazo minucioso
que el alma te ha dictado.

La mitad de su vida
en pleno paraíso.
Ilusión, espejismo,
fuente de mis pasiones.
La envidio
y te deseo.

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