viernes, 22 de mayo de 2020

Ya es tarde


Horas llevo esperando
a que tu aliento queme mi nombre
y esconda sus cenizas en tu pecho.

Días llevo esperando
a que me abras la puerta del jardín
donde guardas las rosas y el estiércol.

Semanas esperando
a que tus labios borren
las letras del silencio.

Meses llevo esperando
a que se abra la flor
que escondes en tu cuerpo.

Años llevo esperando
a que arranques del fondo del océano
lo que nunca te dicen los espejos.

Siglos llevo esperando
a que rompan tus olas en mi playa
con su espuma de furia y sus reflejos.

Y tú, arcilla rota,
presa del tigre
o del último tornado,
solo dices callada
con el alma hecha trizas afiladas:
"Ya es tarde".

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