jueves, 22 de octubre de 2020

Tras la colisión

 

Nuestros caminos se cruzan.
En el instante de la intersección,
clímax fugaz, fusión de pieles vivas,
espirales de labios en la humedad que impregna
el germen de la vida,
nos abrazamos,
alianza de espíritus errantes
que desean amar el mismo rumbo.
Luego partimos, nuestras manos ceden,
las miradas
se alejan
hasta quedarse ciegas de nostalgia.

Adiós al silencioso tacto de la seda.
Adiós a los colores del otoño en tus ojos.
Adiós a tu besar de mar sin viento.
Partes y dejas una inmensa sombra,
la ausencia insoportable de tu luz
cerniéndose en horizontes de espacio y tiempo.
Partes y dejas en el centro de la galaxia
un agujero negro de esperanza
en torno al cual orbita todo...
Incluso la materia oscura
e infinita
de mi deseo.

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