viernes, 2 de octubre de 2020

Estelas

 

Nunca dejan estela
los árboles que mueren
heridos por el viento.
Si yo fuera a morir,
si fuera solo esta
mi penúltima luna
no dejaría estela.

Hundida. Estás hundida
solo porque tuviste
sensación de flotar
por un instante.
¡Si sabes bucear
entre corales!
"¡Ya! "-me dirás- "pero...
¿Y las corrientes frías?
¿Y los pecios clavados
bajo mi piel de nácares?
¿Y las tristes gaviotas
envenenando el cielo,
pintándole carcajadas
a la sonrisa del delfín?"

Nunca dejan estela
las golondrinas que partieron
como naves fugaces
sedientas de horizonte.
Un día, simplemente,
ya no están en el aire.
El cielo, el mar, vacíos,
ya no guardan secretos.
Tus ojos, garabatos,
no alborotan la tarde.
El sol se va callado.
Se zambulle en la noche.

Abrázame. Respira.
Sal a flote. No olvides.
Amar no es una huída
de aquello que no amamos.
Es solo un devenir. Un vivir
días, noches
dejando tras nosotros
una luz intensísima
o una profunda sombra.

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