martes, 2 de octubre de 2007

12 BESOS

Es tarde.
Los relojes no esperan.
El espejo no nos reconoce.

Soledad,
la noche, otra gota de vida,
otro charco de lágrimas donde no reflejarse.

Doce besos sobre cuatro labios
y todas las arañas se comerán mi tiempo.

No hacía falta el yunque para romper el vidrio
ni la hoz de tus palabras para cortar las venas del aire.
No hacía falta el viento para barrer estrellas.

Doce besos vacíos.

Esos ojos sonámbulos
levitando a dos segundos del altísimo muro.
Esos ojos perdidos en su laberinto
ayer me cegaban o me amaban,
hoy cegados me olvidarían.

Es tarde, soledad.
Esos ojos desnudos, dormidos...
Te suplico que me beses pétalo a pétalo
hasta la medianoche.

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