Un pájaro de noche se ha volado.
Se ha volado sin viento. Adios, amante.
Color de olvido siento en los zaguanes de mi alma.
El sol se abre y tus senos juegan como niños dormidos.
No siento más que amor o su tortura.
Vacío de mí vuelvo a ser tu cripta.
Un lobo de deseo aúlla en mi luna.
Ha devorado pieles que son nuestras,
pieles de medianoche u horizontes caídos.
Profundos como cielos boca abajo son tus ojos,
infiernos de belleza casi líquida.
Hay un camino muerto tras mis pasos.
Esta luz se consume. Adios, amante.
Debo volver a ser sólo una estrella.
miércoles, 3 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario