lunes, 8 de octubre de 2018

Romance de la Niña Ondina

A donde vayas, Ondina,
llevas la luna contigo.
¿Has visto piedras y peces
en el fondo de mis ríos?
Llevas en la risa, niña,
miles de hipocampos vivos.
Abarcan el universo
nadando en enormes círculos.
En el cinturón de Orión
tres se quedaron prendidos
para brillar en tus ojos
madrugadas de delirio.
A donde vayas, Ondina,
llevas la luna contigo.

Llevas el alma del agua
hasta mi corazón líquido.
Yo... Soy un planeta errante
en firmamentos de olvido.
Viajo ajeno a las tormentas.
Tu piel me enseña el camino.
Viajo en busca de una Atlántida
que está escrita en un anillo,
plata que el mar ha borrado
con sus colmillos de abismo.
Plata alquímica de luna
y tiburones dormidos,
aliento de posidonia
y silencios submarinos.
Lo ha encontrado una sirena
pero nadie lo ha perdido.

Dime, niña de la las olas...
Dime, niña, ¿tú lo has visto?
Donde tú vayas, inquieta,
llevas la luna contigo.

Dame la mano y respira
entre mis barcos hundidos.
En el mar no caben lágrimas
ni en el cielo ya suspiros.
A donde vayas, Ondina,
llevas mi luna contigo.


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