viernes, 19 de octubre de 2018

Sola

Quiero estar sola -dices
y todo el universo te acompaña.
Un viento amable mece
las ramas de los ginkgos,
sombras que se recortan
en un cielo de aurora anochecida.

Quiero estar sola -dices y no sabes
si duele o si aletea
la soledad como un pájaro herido
en las profundidades del alma.
¿Y si un día gritases tu nombre de diamante
y nadie te oyera brillar? Ya. Es imposible.

Quiero estar sola -dices,
pero sonríes cuando lees en mis ojos
que he soñado un volcán surgir del hielo
de tus manos tan calladas
y que aun despierto siento esa sonrisa
moviendo las montañas.

Quiero estar sola -dices.
Sola está la luna, ¿sabes?
Solo el mar infinito, una isla,
la vela en el horizonte
de un barco que ha zarpado.
Solo este mensaje en una botella
varada en una playa desierta.

Quiero estar sola -dices.
Sola esa lágrima que no dejaste huir
y quedó encallada en el eco de tus palabras.
Tú quieres estar sola como un árbol.
Yo que soy viento quiero estar contigo,
vestir todas tus hojas de rocío.

Quiero estar sola, sola, sola -gritas.
Tú no estas sola, sirena-ánade,
cormorán que en picado
se zambulle en la bajamar de mi vida.

Al desierto que vayas, niña-lluvia de otoño,
mi alma peregrina irá contigo.

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