martes, 21 de mayo de 2019

Horizonte y deseo


Horizonte,
si vuelo hasta tocarte
como hace el sol
cada tarde de mayo
suave sobre el Poniente,
escapas más y más lejos,
a través de mares
cortados por estelas de sirenas,
a través de las cumbres
donde casi te toco
para luego soñarte
tras el valle o el páramo,
a través de los bosques
que acarician el aire que me lleva,
a través de las nubes
sin alcanzar jamás a las estrellas.

Deseo,
si acaricio el momento
en que el alma atraviesa
la piel tensa
y emerge hasta los labios
el silencio absoluto,
un grito me transporta
al dolor de perderte
y lloro como un ángel
que ha perdido las alas
hasta que alguna lágrima
que se ha quedado dentro
inunda el corazón y,
como un prisma,
desdobla la luz blanca
de una cierta esperanza
en miles de arco iris.

Y levanto ese vuelo
de ibis renacido
que soñaba ser Fénix.

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