viernes, 24 de mayo de 2019

Inconsciente

Ártemis renacida en primavera
en bosques de ceniza aún caliente
donde su piel de diosa se desnuda...

Afrodita, caricia-enredadera,
ola viva que rompe eternamente
en un jardín donde la luna es muda...

Andrómeda latiendo ante la espera
del bocado de amor de la serpiente
atada con las cuerdas de la duda...

Mnemósine dormida en una esfera
de cristal donde el sueño transparente
ha de romperse cuando el alba acuda...

Despiértame en silencio. 

O déjame inconsciente. 

No es la visión del cielo o laberinto
lo que a musas y diosas me condena.
No es la estrella de mar sobre la arena
sino el barniz de amor con que la pinto.
Es tu vida la noche que se llena
de piel blanca al abrigo de mi frío. 
Es un coágulo de vértigo en tu vena.
La duda es la semilla del vacío.

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