sábado, 24 de noviembre de 2018

Lágrima-milagro



Líquida
agua salada
como una perla,
lágrima bellísima
que surge silenciosa
del manantial de magia
de tus ojos despiertos.

Lágrima que tú lloras
y no te pertenece,
que escapa de mi alma
como un fantasma herido
que, agotado el dolor,
me acaricia muy suave la memoria.

Estrellas, mares, cielos, corazones,
contemplad el milagro:
es mi alma es la que llora por sus ojos,
es un hilo que une su frágil corazón
a mis latidos sordos o a su eco,
es el aire tan denso que respiro
que arrastra por mis manos sus caricias.

He besado sus ojos de sirena
ahora tan alejados de mi playa,
bebí esas perlas limpias y sagradas
con la sed de un amante peregrino.

Y en ese instante, miles de centauros
cabalgaron a muerte por mi pecho
y se encendió una hoguera tan profunda
en mi alma, en mi mente y en mi cuerpo
que ardieron las fugaces mariposas
y quedaron prendidas en el cielo.

Ese cielo, sirena, que esta noche refleja
mi soledad, tu ausencia y la del mar,
la lluvia, la distancia y el anhelo.

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