miércoles, 21 de noviembre de 2018

Siete lunas


Abrazar una estrella silenciosa
hasta quedar dormida en mis latidos
o hasta que nuestros labios enraícen
en la esfera del bosque de los sueños...

Un abrazo que dure siete lunas
sin despertar, bailando en la tormenta,
al abrigo del viento y de la helada,
a la espera de orquídeas abiertas.

Un abrazo de luz que nace dentro,
en la íntima espiral del alma viva,
que no conoce ni desea sombras,
prisma que torna noche en arco iris.

Un abrazo como la vía láctea,
de mares que se funden con el cielo
o de estrellas de mar que se entrelazan
desnudando y vistiendo las mareas.

Un abrazo de noche de arrecife
que devuelve la luna a los corales...
Un abrazo robado al paraíso
desde que el árbol de la vida es nuestro.



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