viernes, 15 de febrero de 2019

Desembocar


Triste un danubio fluye hacia el levante
con un caudal de sombra y agonía
mientras el mar que nunca desemboca
inunda mi poniente de belleza
o luz que se hace fuego entre las olas.

Boga mi corazón contra corriente
como una nave que huye del ocaso
hacia un alba que sólo es un reflejo
de la estrella perpetua que siento
en el cénit austral de mis deseos.

Hunde sus remos torpes en el lodo
tan lejos de la orilla y del naufragio
rumbo al espacio que entre labios vivos
entrelaza el futuro y el pasado
en un presente único infinito. 

Un puente cruza el cielo y una estrella
fugaz se ahogó en el río de mis lágrimas
donde fluye la estela de la luna
y los sentidos beben mis recuerdos
con sed de olvido y páginas cerradas.

En las ramas de un roble milenario
me he sentado a esperar la primavera
y el beso de su savia dulce y tibia
derritiendo la escarcha en mi memoria
abrió el libro, sirena, por tus páginas.

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